En esta segunda parte estoy adjuntando algunas fotos tomadas por un servidor por medio de mi celular, así que no son de muy buena calidad. Pero a decir verdad, la belleza que antes tenía este ómnibus vaya que si que quedó en el pasado. Y créanme que si esta se conservara en el estado en que la mostré en la primera parte, hubiera conseguido una verdadera cámara profesional.
Sin palabras. La verdad lo que se ve no se juzga. Ojala y haya alguien que se interese en rehabilitar esta belleza escondida. Después de todo con una manita de gato o mas bien de Tigre puede quedar en condiciones para presumirla por donde quiera que se pase.
Quedo de ustedes José Ramírez Lozano
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